El hombre soltó una gran risotada al ver la cara de horror
que había puesto la chica.
- En efecto y..
- ¿Qué esta pasando? ¿Qué haces tú aquí? ¿Por qué estoy
prisionera? –le corto la chica.
- Responderé con mucho gusto a todas tus preguntas pero
antes déjame terminar de hablar –dijo Jean educadamente.
- Vale… ¿pero puedo pedirte algo? –pregunto Julie con
dulzura.
- ¿El qué?
- ¡Que me saques de aquí! –gritó moviendo los barrotes con
las pocas fuerzas que le quedaban.
- Lo siento, pero eso no es posible, no hasta que hable
contigo.
Derrotada la chica se sentó en el suelo.
- Está bien, te escucho.
- Quiero que te unas a mi equipo. –resumió con simplicidad
su tío.
- ¿Quéeeee? ¿Tú también estas con esas?
- ¿Qué? ¿Con esas? – dijo confundido.
- En el mundial mi padre estaba dirigiendo en secreto uno de
los equipos y me acabo pidiendo que me uniera a su equipo. –respondió con tono
aburrido.
- ¿Y te uniste? –preguntó con curiosidad.
- ¡Por supuesto que no! Yo ya tengo un equipo, además los
fines de mi padre eran horribles… - dijo con un hilo de tristeza. Levanto la
cabeza para mirar mejor a su tío. - ¿Me has encerrado aquí solo para eso?
- No, te he encerrado aquí porque sabía que no ibas a
aceptar unirte a mi equipo –respondió con tranquilidad. Miró a su sobrina muy serio
– Te lo voy a pedir una vez más por las buenas. Únete a mi equipo.
- No.
- Muy bien, pues has de saber que de aquí no saldrás hasta
que aceptes. – dicho esto se marcho.
La chica volvió a acurrucarse en el mismo sitio que antes y
lloro, hasta que ya no le quedaron lágrimas. ¿Por qué tengo una familia tan
rara? Se había preguntado. Su tío con el que jugaba cada vez que iba a visitar
a su familia en Inglaterra, había sido como un hermano mayor para ella, y ahora
la tenía secuestrada porque se negaba a unirse a su equipo de fútbol.
Pasaron las horas, Julie no sabía si ya había amanecido, la
oscuridad en su celda no había cambiado. Escucho de nuevo unos pasos
acercándose a ella. No se movió, ¿para qué? La puerta de la celda se abrió y
ella levanto la cabeza. No podría huir con el pie encadenado. Una persona entro
en la celda. Era su tío de nuevo. Llevaba una bandeja que dejo delante de ella.
- Tu desayuno, que lo disfrutes –dijo con ironía.
La rubia alargo el brazo hacía la bandeja en la que solo
había un vaso de agua y un trozo de pan duro. Su tío sonrió al verla alargar la
mano hacía la comida. Ella se dio cuenta y detuvo su brazo a medio camino, para
volver a dejarlo donde estaba.
- No tengo hambre –aparto la mirada de la bandeja. Si tenía
hambre y estaba sedienta. Pero no iba a comer nada que le ofrecieran allí, por
desgracia ahora tenía que desconfiar de su propia familia.
- Muy bien – dijo su tío. – A ver cuanto aguantas.
Salio de la celda y la cerro. Y se alejo de allí riéndose
estrepitosamente.
POV de Julie
Pasaron más horas. ¿Cuántas? Era difícil saberlo. Mi
estomago rugía cada vez con mas fuerza y sentía la boca seca como un desierto.
¿Cuánto tiempo podría aguantar sin comer? ¿Y sin beber? Me obligue a mi misma a
no mirar la bandeja. Pero la tentación podía conmigo y a veces
inconscientemente a largaba el brazo hacía ella.
Pero debía resistir. Por ellos, por todos mis amigos que me
esperaban en el albergue. Porque debo ayudarlos a derrotar a aquella nueva
amenaza.
Mi tío no tardo en volver para comprobar mi estado. Estaba
vez no abrió la celda y yo tampoco lo mire, no me quedaban fuerzas suficientes.
- ¿Todavía aguantas? –hizo una pausa. – Bueno ya han pasado
muchas horas, no tardarás en caer.
Dicho esto se fue.
No podía mas, podría aguantar sin comer, pero sentía que
necesitaba beber algo. A largue el brazo hacía el vaso. No recordaba que me
pesaran tanto los brazos. Agarre con fuerza el vaso y me lo lleve a los labios
tan rápido como pude. Deje que el líquido bajara por mi garganta agradecida.
Pronto me había bebido hasta la última gota, me pareció muy poco pero con eso
podría sobrevivir.
Al principio todo iba bien, había recuperado fuerzas y me
sentía algo mejor. Pero eso duro muy poco, empecé a sentirme mareada y empapada
de sudor frío. Todo me daba vueltas y tuve que cerrar los ojos. Sentí que algo
en mi se iba apagando y que las fuerzas me iban abandonando. Mi cuerpo no
respondía a lo que le pedía y cada vez era más pesado.
-Mierda… -fue lo último que pude decir antes de caer
inconsciente.
Me encantaaaaaaaaaaa ^^
ResponderEliminarWaaa!!! Julie-chin!! >.< ¿¡Qué te han echo?! ¬¬ voy a llamar a Zoro para que lo arregule (asiente con combinción) ZOROOO!!
ResponderEliminarZoro: ¿¡Qué?!
Aiko: T.T que han secuestrado a Julie
Zoro: O.O ¿¿A Julie??
Aiko: sí, pero de otra historia
Zoro: vamos que no es mi Julie
Aiko: que sí, que es tu Julie... un segundo... ¿¡tú Julie?! *.* ¿Os casais?
Zoro: no...
Aiko: jooo T.T
¡Me ha encantado!
Ahora estamos todas con la vena malvada, ¿o no? xD El fic está tomando un camino interesante, ^^ espero que Julie se encuentre bien y coma un poco. D:
ResponderEliminarajhajaajaj que guuuuuuuay^^ ajajaj Tranquila, date protagonismo, todos en nnuestras historias lo hacemos ajajajaja asi que not problem^^
ResponderEliminarno te preocupes, es tu historia asik tienes dercho a tener protagonismo :) aiii julie que tan hecho?? T.T tu familia de la historia es muy sádica sisi xD
ResponderEliminarNUN que te han echoooooooooo TTOTT que malo tu tioooooooo buuuuuuuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarmejor me voy que sino inundo el blog xD
Chauu ♥