Amaneció en la Ciudad Inazuma. ¿Pero eso que importaba? En
el albergue no habían dormido nada, solo una hora, dos los que tuvieron más
suerte. Los entrenadores les habían ordenado ir a dormir mientras ellos se
ocupaban de todos, pero ¿quién puede dormir sabiendo que han secuestrado a tu
compañera?
En cuanto salio el primer rayo de sol todos se reunieron en
el comedor, desayunaron un poco (incluso Jordan, Nuca y Jack comieron menos de
lo normal) y esperaron impacientes a sus entrenadores para saber que harían a
partir de ese momento.
Percy y Linda hicieron acto de presencia media hora después
de finalizar el desayuno. Tenían ojeras y una expresión de preocupación y
tristeza en el rostro. Todos miraron esperanzados a los entrenadores pero no
escucharon nada bueno.
- La policía va a empezar a investigar, pero no aseguran
nada por la falta de pruebas que hay… -dijo Linda después de un incomodo
silencio.
- Nos han aconsejado que sigamos nuestra rutina diaria así
que hemos decidido que hoy entrenaremos como si no hubiese pasado nada
–continuo Percy.
- Recordad que hay una nueva amenaza que debemos derrotar
–terminó la entrenadora con voz temblorosa y haciendo un esfuerzo para no
derrumbarse delante de todos.
Nadie dice nada. ¿Qué podían decir? Como si de zombies se
tratasen salieron al campo de entrenamiento e intentaron entrenar lo mejor que
pudieron. Apenas podían hacer un pase decentemente cuando algo les interrumpió.
Dos sombras se acercaron al campo lentamente. Se detuvieron
antes de ser visibles para los jugadores. Una de ellas, la más alta se acerco.
Un rostro conocido les sonrió. Un chico de su edad de pelo negro y ojos azules
oscuros vestido de negro, en otras palabras Matt, capitán del Equipo Z en el
que se enfrentarían en 2 días.
- Buenos días a todos –dijo sin perder su radiante sonrisa.
Miro a todos.- ¡Uy que caras! ¿Una mala noche? Eso no es bueno antes de un
partido…
- ¡Corta el rollo! ¿Qué quieres? –dijo Caleb bastante
enfadado.
- Me he enterado de la desaparición de una de las jugadoras…
venía a preguntar si seguís queriendo jugar –respondió con toda la tranquilidad
del mundo.
- ¿Cómo sabes tu eso? –preguntó Linda.
- Lo se y punto –respondió con tono cortante.- ¿Jugaréis o
qué?
Las chicas se miraron entre ellas. ¿Jugarían? No se lo
habían planteado todavía. Podían jugar perfectamente ya que tenían jugadoras de
sobra, ¿pero estarían moralmente bien para un partido? No, estaba claro que no.
Aún así su deber era jugar, así que para sorpresa de Matt, Hikari respondió con
voz clara y decidida.
- Si jugaremos.
- Me sorprende que digáis eso… -estaba claro que la
sinceridad era una cualidad de este chico.- Bueno, tal vez os interese saber
quien es mi acompañante –dijo cambiando de tema.
Nadie entendió nada. ¿Su acompañante? ¿Qué importaba? Con un
gesto Matt hizo que su acompañante diera un paso, llevaba una túnica negra con
una capucha que ocultaba su rostro. Se quito la capucha lentamente. Muchos
ahogaron un grito y miraron con sorpresa la persona que tenían delante.
Su pelo rubio cayó por su espalda. Tenía el rostro
inexpresivo y sus ojos antes azules y con un brillo característico, ahora se veían apagados y oscuros como el mar
cuando hay tormenta.
-¿J-Julie? –pudo decir Nathan.
Matt estallo en carcajadas.
-Deberías veros la cara –dijo entre risas. Suspiro
intentando tranquilizarse.- Si en efecto, vuestra querida Julie ahora se ha
unido a nosotros. Antes os di la oportunidad de retiraros y no quisisteis así
ahora ateneros a las consecuencias –termino con una risotada.
-J-Julie, ¿por qué haces esto? –pregunto Aiko. Julie la miro
sin cambiar su expresión.
-Eran las ordenes del Señor –respondió con una voz que no
parecía la suya.
-Oh, dios mío, ¿pero que te han hecho? –dijo Hikari con
lágrimas en los ojos.
-Muy bien, ya la habéis visto, ahora nos vamos –dijo Matt
girándose. Hizo un gesto y la chica lo siguió. Ambos desaparecieron sin dejar
rastro.
Silencio y después estallo el caos. Todos hablaban a la vez
intentando dar con una explicación razonable para todo aquello.
-¡Silencio! ¡Y ahora a entrenar! –gritó Linda.
-P-pero… -intento decir A.J
-¡A entrenar! –corto Percy.- Si queréis ganar el partido
debéis entrenar, del resto nos ocuparemos nosotros.
Los entrenadores dejaron el campo. Los jugadores confusos se
miraron entre ellos, al final todas las miradas recayeron en la misma persona.
Un chico de cabello castaño y cinta naranja miro a todos lados confuso.
- Esto… pues… ¡a entrenar! –dijo con su típica sonrisa.
Los demás conformes se dividieron para comenzar su
entrenamiento.
***
Caminaba por las calles de la ciudad mirando al suelo con
paso ligero. Tenía que darse prisa e informar de aquella noticia. Estaba
preocupada, ¿que le dirían? Apenas unas horas antes ya había estado allí y
había informado de que una chica que estaba bajo su tutela había desaparecido,
mas concretamente había sido secuestrada por dios sabe quien.
Llego a su destino y llamo a la puerta. No tardaron en
abrir. Un chico de pelo oscuro abrió la puerta. Lo conocía, el primo de la
desaparecida. Había estado en la habitación cuando informo de que Julie había
sido secuestrada y en su expresión pudo ver la preocupación y tristeza que
sentía.
El chico la dejo pasar y la condujo al salón del hogar donde
estaban sus padres. Sara, la tía de Julie, tenía los ojos rojos de tanto llorar
pero sin embargo ahora una sonrisa brillaba en su rostro. A su lado su marido
miraba inexpresivamente todo a su alrededor, bajo sus ojos se podía ver una
leve sombra negruzca.
- Tengo una noticia sobre el posible paradero de su sobrina
–dijo Linda tras tomar asiento. La sonrisa de Sara aumento.
- Nosotros también, hace apenas unas horas hemos hablado con
ella.
- ¿Cómo? –la entrenadora casi salta de su asiento.
- Esta con su tío Jean, también hemos hablado con él. Dice
que no debemos preocuparnos. –añadió el marido de Sara con voz inexpresiva.
- ¿Su tío Jean? –preguntó Linda todavía mas confusa.
- Sí, antes pasaba mucho tiempo con él, cuando estaba en
Inglaterra –sonrió Sara.
- ¿P-pero como esta segura de que esta a salvo?
- Hemos hablado con él, como ya ha dicho mi marido antes.
Además vendrá a vernos en unos días, no hay de que preocuparse. Ya le hemos
dicho a la policía que no es necesario que continúen la investigación.
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Bueno pues aquí esta el