Las chicas de la selección española se reunieron en su campo
de entrenamiento media hora antes de que llegara su entrenadora. Siempre lo
hacían así, solían aprovechar para calentar y mientras hablar de sus cosas.
Pero hoy ninguna calentaba, todas estaban en el banquillo, algunas sentadas en él
otras sentadas en el suelo. Todas hablaban animadamente, salvo dos de ellas.
Una rubia que miraba a sus compañeras con expresión triste, y la otra con el pelo
castaño que miraba enfada como hablaban sus compañeras.
Casi todas habían contado ya su historia. Ahora era el turno
de Akiiro.
-¡Venga, cuanta, cuenta! –dijeron algunas.
-Valee… -dijo Akiiro. Se aclaro la voz y comenzó su relato.
*Flashback de Akiiro*
Caminábamos los dos muy juntos, viendo los monumentos de
Madrid, él me escuchaba con atención. De vez en cuando lo miraba de reojo. No
me podía creer que aquel chico me hubiese pedido a mí que le enseñara la
ciudad.
Tras un largo rato caminando decidimos descansar un rato.
Nos sentamos en los bancos de una plaza. Allí había algunos niños pequeños
jugando al fútbol. Los miramos jugar un rato y después dejamos de prestarles
atención.
-Gracias por enseñarme la ciudad –me dijo con una calida
sonrisa. En esos momentos pensé que me derretía.
-D-de nada –logre decir.
Se acerco lentamente a mí. Era el momento que estaba
deseando desde que salimos del albergue. Nuestros labios casi se rozaban,
cuando sonó el maldito teléfono. A regaña dientes me separe de él. Mire el
móvil. Mama. ¿No tenía otro momento para llamar?
-Tengo que cogerlo… -susurre. Él asintió sin dejar de
sonreír.
Al final lo único que quería mi madre era que antes de ir a
casa comprara huevos. Malditos huevos, habían estropeado mi magnifico beso.
Iba a guardar el móvil en mi bolsillo pero se me resbalo y
choco contra el suelo. La tapadera salió despedida y la batería y algunas
piezas siguieron su ejemplo. Mire aterrada el móvil, hacía poco que mis padres
me lo habían comprado y era muy caro, lo estaba cuidando como oro en paño y en
un simple descuido lo había destrozado.
-Mierda, mierda, mierda –susurre achacándome para recoger
las piezas.
Xavier se agacho a mi lado y me ayudo a reunir las pequeñas
piezas del móvil. Nos aseguramos que estaban todas y después examino el estado
del teléfono. Lo mire impaciente esperando su veredicto y deseando que no fuese
demasiado malo. Me miro algo serió y me espere lo peor.
-Tranquila, esto lo arreglo en unos minutos –dijo sonriente.
Suspire tranquila. Xavier saco de su bolsillo un pequeño
destornillador y comenzó a colocar las piezas sin dudar. Lo mire con asombro.
Colocaba cada microchip o lo que fuera aquello justo en su lugar haciendo que
todo encajara. Tal y como había dicho en unos minutos me entrego el móvil como
si estuviese nuevo. Lo encendí rápidamente y se me ilumino la cara cuando ví
que funcionaba perfectamente.
-Ooh, gracias, gracias –dije abrazándolo con fuerza sin
darme cuenta.
-De nada –dijo correspondiendo a mi abrazo.
Estuvimos así unos segundos (maravillosos) hasta que la
vergüenza pudo conmigo y me separe de él avergonzada y cabizbaja.
-Lo siento…
-No te preocupes, me gusta que me abraces…
Levante la mirada rápidamente. Él miraba hacía otro lado
pero podía ver que estaba algo sonrojado. Sonreí y volví a abrazarle. No se lo
esperaba pero sonrió y me abrazo.
Empezó a atardecer y me acompaño a casa. El camino hasta mi
casa se me hizo demasiado corto. Me despedí de él con un calido abrazo y me
gire para entrar en mi casa. Con rapidez me agarro de la muñeca y me giro
obligándome a mirarlo. Su cara estaba muy cerca de la mía. Me sonroje. Podía
notar su calido aliento. Se acero mas a mi y me miró a los ojos sonriendo. Tras
eso me beso. El beso que tanto había deseado y se había estropeado por una
estúpida llamada. Ahora lo había conseguido, nada nos había interrumpido.
Disfrute de cada segundo de aquel beso y solo nos separamos cuando nos quedamos
sin aire. <<Gracias>> me susurró en el oído antes de desaparecer de
mi vista. Me quede unos segundos delante de la puerta, sin poder moverme,
mirando allí donde antes había estado él. Me lleve la mano a los labios. Aun
podía notar su calidez y el cosquilleo que me produjo aquel beso. Entre en casa
feliz.
Mi madre me regaño porque aparte de haber tardado mucho en
llegar a casa no había comprado lo que me había pedido. Pero aun así yo no la
estaba escuchando, mi mente estaba fuera, delante de la puerta de casa con él.
Repitiendo aquel besos cientos de veces.
*Fin del Flashback de Akiiro*
-Oooh, que bonito –corearon las compañeras que habían estado
escuchando. Se giraron hacía Sandra. -¿Y como te fue a ti?
-Os lo voy a resumir, al principio todo iba bien. Le enseñe
la ciudad y él presto atención. Pero después vimos como unos niños pequeños le
quitaban un muñeco a una niña. Corrimos para poner fin a aquello, conseguimos
que los niños se fueran, no sin antes devolverle el muñeco a la niña. La
pequeña nos lo agradeció y se fue. Mientras veíamos como se iba él dijo algo
que me molesto muchísimo: “Si es que las chicas necesitan que las protejamos”
Lo mire enfadada y le grite que yo no necesitaba que nadie me protegiera que yo
podía valerme por mi misma. Él intento arreglar su error pero lo único que
consiguió fue empeorar la situación y a cada palabra que decía me ponía más y
más furiosa. Terminamos la pelea cuando cada uno volvió a su casa.
Con esto el relato de Sandra termino. Las chicas se
enfadaron ante el comentario que había echo aquel chico y apoyaron a Sandra ya
que lo que hizo consideraron que fue lo mejor.
La entrenadora no tardo en llegar y al ver el panorama se
llevo una mano a la cabeza.
-Madre mía, lo que me espera… -susurro.
***
En una habitación sumida en las tinieblas, entro alguien. Un
hombre vestido de negro de mediana edad. Se detuvo ante una especie de trono
donde otro hombre lo miraba aburrido. El hombre de negro hizo una reverencia y
miró al señor que estaba sentado seriamente.
-Señor, todo esta preparado, cuando usted diga podemos
empezar.
El hombre al que se había dirigido como Señor sonrió de una
forma maléfica. Cruzo los dedos y miró a su subordinado sin perder la sonrisa.
-Esplendido, pronto daré la señal, estad atentos. –miró al
infinito y apretó un puño.- Esos mocosos verán todo mi poder.
El hombre de negro asintió levemente ante las palabras de su
Señor y salió de la habitación silenciosamente.
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Sii, porfin lo he terminado. Pensé que no iba a ser capaz porque me había quedado pillada en una parte pero cuando me he puesto ha escribir a salido solo *-* Espero que os guste :)
Aprovecho que los caps tienen mas o menos audiencia para hacer publi de mi nuevo blog xD http://eraseunavez-julie.blogspot.com/
*tengo que hacer una firma nueva xD
Me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaa ^^ Interesante *-*
ResponderEliminar¡MI*RDA! A mí se me ha vuelto a olvidar hacerme una firma T.T ¡qué idiota soy! Bravo por Akiiro, así se hace, pasando de su madre. xD La verdad es que me imaginaba a Sandra diciendo eso muy rápido. O.O Bueno, no me ha quedado claro el por qué del señor del trono, pero vale. ^^
ResponderEliminarse quien era la rubia xD
ResponderEliminary la castaña
*O* interesante *O*
besos ;D ♥
oye si quieres yo te hago una firma ^^
Eliminar:O me encanta >.< Pobre Sandra ¡¡¡estoy de acuerdo con ella!!!
ResponderEliminarOoooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooohhhhhhhhhhhhhh>//////< QUE LINDOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO*////////* Tú me quieres matar, eh? xD Que guay que guay que guay que guay<3
ResponderEliminarPobre Sandra! A mi me dicen eso y le dejo calvo ¬¬ En fin! Que a sido geniaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaal*_________*<33
Que guuuuuuuuuay! Anda que pobre sandra ya le vale eh-.- whtehjtjhehjthjwtjh Le mataremos con mi juicio del universo iiiiiiiiiiiah! Esta muy guay^^
ResponderEliminarserá machista ¬¬ jajajaj está genial xD
ResponderEliminarPobre Sandra!Bua, un tio(?) que piensa eso... ya no me cae bien xD
ResponderEliminarEl capii está genial
Molaaaa *-* fijo que la morena enfadada era yo -.-" es que no me extrañaria naa xD
ResponderEliminarByee